Los Diez Mandamientos para el alumbrado nocturno

Y la Diosa de la Noche, harta del becerro de oro de la eficiencia energética y sus falsos profetas, envió las tablas de la Ley del Alumbrado, que todo técnico, empresario, particular o responsable municipal debe conocer si no quiere acabar con sus huesos en los círculos más profundos del infierno lumínico. 




1. Amarás el cielo estrellado sobre (casi) todas las cosas

La observación del cielo estrellado con nuestros propios ojos es la experiencia más directa que podemos tener del Universo. Debemos reclamarlo como un derecho irrenunciable, en el marco del derecho a un medio ambiente en el que la Humanidad pueda vivir con salud, plenitud y dignidad. ¿Por qué renunciamos a reivindicarlo como prioridad para perdernos en los laberintos de la economía y la eficiencia energética?

2. No usarás la luz en vano

La luz artificial actúa de noche como un contaminante y no es inocua. Por eso no se debe utilizar tan a la ligera por resultar más barata que hace unos años gracias a la tecnología LED. Antes de poner una luz exterior hay que meditar seriamente si es necesaria y cómo se va a iluminar para que su impacto en el entorno sea mínimo. El alumbrado navideño en honor del falso dios del consumo es pecado mortal, aunque alcaldes y empresas lo nieguen y pretendan lavarlo con dos gotas de eficiencia energética. 

3. Santificarás los ritmos circadianos

Toda la vida en la Tierra ha evolucionado sujeta a un ritmo alternante de luz-oscuridad. Romper ese ritmo iluminando en horas nocturnas tiene consecuencias desastrosas sobre los organismos vivos (también sobre nuestra salud). No debemos olvidar que la sensibilidad a la luz puede ser diferente de unas especies a otras, y no debemos abordar esta problemática desde una perspectiva antropocéntrica. 

4. Honrarás el sueño y el descanso

La luz nocturna intrusa altera el sueño y puede desembocar a la larga en graves problemas de salud. Necesitamos la noche y el descanso para vivir. La iluminación exterior nocturna jamás debe penetrar en viviendas, venga de donde venga. No apantallar correctamente las luminarias es motivo de excomunión. 

5. No matarás la oscuridad natural de la noche

Necesario para el cumplimiento del mandamiento tercero y cuarto, pues para gozar de una vida larga y con salud debemos dormir y descansar, siendo imprescindible la noche y su oscuridad natural. Romper esta oscuridad natural fuera del lugar a iluminar es pecado merecedor de la condena eterna en las calderas de Pedro Botero. 

6. No cometerás impuras aberraciones lumínicas de luz blanca con componente azul

La luz blanca es proporcionada en abundancia durante el día por el Sol, y a esto responde nuestro cuerpo. El alumbrado nocturno no debe emitir luz azul (de longitud de onda inferior a 500 nm), que es la que interfiere en los ritmos circadianos, se dispersa mejor por la atmósfera y afecta a la vida. Existen en el mercado lámparas que cumplen este mandamiento, por lo que no hay bula papal posible para saltárselo. 

7. No robarás el derecho de las generaciones futuras a ver las estrellas

Indisoluble con el primer mandamiento. No sólo debemos ser aplicados en el cumplimiento de estos preceptos por nuestro amor al cielo estrellado, sino que es una obligación preservarlo para las generaciones futuras, del mismo modo que lo es la preservación de la Naturaleza. Para quien no lo cumpla habrá llanto y crujir de lámparas. 

8. No levantarás falso testimonio sobre sostenibilidad y seguridad

Decir que el alumbrado nocturno es sostenible por el simple hecho de ser LED es mentira, pues que sea eficiente desde el punto de vista energético no implica que carezca de impacto ambiental. El impacto ambiental depende del espectro de emisión de la lámpara, de su disposición, del diseño de la luminaria, de si hay telegestión o no, de si la intensidad es la adecuada, etc. 

Decir que una mayor intensidad lumínica implica más seguridad ciudadana es aún una mentira más gorda, es una afirmación que carece de fundamento científico. El quinto círculo del infierno lumínico está reservado al completo para técnicos, concejales, portavoces y periodistas que han dicho alguna de estas mentiras más de tres veces en una legislatura. 

9. No consentirás luz emitida por encima de la horizontal ni en ángulos rasantes

La luz emitida por encima de la horizontal o en ángulos rasantes acaba siendo dispersada por la atmósfera o iluminando la bóveda celeste, atentando contra otros seis mandamientos aparte de contra el sentido común. 

10. No codiciarás intensidades de iluminación ajenas a lo estrictamente necesario

El paso de zonas muy iluminadas a otras que lo están menos produce la sensación de que las segundas son oscuras, pues el ojo tarda unos minutos en adaptarse a las nuevas condiciones. Por eso sobreiluminar los centros urbanos es mala idea, al generar sensación de poca iluminación a los barrios adyacentes. La intensidad de iluminación debe ser la estrictamente necesaria para el desarrollo de la actividad humana, y cuando esta acabe debe bajarse al mínimo posible, o incluso apagarse si no hay actividad alguna (por ejemplo en los parques cerrados o en polígonos industriales a partir de las doce de noche). Los posibles problemas de seguridad se pueden solucionar con la actual tecnología de sensores y cámaras sin la necesidad de tener focos encendidos toda la noche. 

Estos diez mandamientos se resumen en tres: 

iluminarás sólo donde sea necesario, 

sólo cuando sea necesario

con la intensidad estrictamente necesaria. 


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